3. LA PERSONA

Miguel Ángel, Jeremías Jeremías nació hacia el año 650 en Anatot, pueblecito a unos seis kilómetros de Jerusalén, perteneciente a la tribu de Benjamín. Este dato es interesante porque Benjamín, unida políticamente a Judá, mantuvo una gran vinculación con las tribus del norte. Así se comprende que Jeremías concediese tanta importancia a las tradiciones de dicha zona: nos habla de Raquel y de Efraín (31,15-18), del santuario de Silo (7,14; 26,6) y, sobre todo, concede mucha importancia al éxodo, marcha por el desierto y entrada en la tierra prometida (2,1-7; 7,22.25 etc.). Por el contrario, las tradiciones típicamente judías (elección divina de Jerusalén y de la dinastía davídica) no adquieren en este profeta especial relieve.

El título del libro (1,1) indica que Jeremías era hijo de Jelcías, «de los sacerdotes residentes en Anatot». Es posible que su ascendencia se remontase a Abiatar, el sacerdote desterrado por Salomón a Anatot (1 Re 2,26). Pero esto no pasa de simple conjetura. Por otra parte, Jeremías nunca actuó como sacerdote. Algunos comentaristas han querido basar en este origen sacerdotal de Jeremías una posible formación rígida y estricta, especialmente en la lucha contra la idolatría. También esto es una suposición indemostrable.

Lo único cierto es que, todavía joven[1], recibió la vocación profética (1,4-10). No se siente atraído por ella. Como Moisés, siente miedo, se considera incapaz e impreparado. Pero Dios no admite excusas y encomienda a su mensajero la tarea más difícil: trasmitir su palabra en unos años cruciales y trágicos de la historia de Judá. (Para una exposición más detallada del relato de la vocación véase el apartado siguiente).

La introducción del libro afirma de manera indiscutible que su actividad comenzó el año trece del reinado de Josías (1,2; igual en 25,3), y en otras dos ocasiones se repite que Dios le comunicó su palabra en tiempos de Josías (3,6; 36,2). De acuerdo con esto, es frecuente fechar su vocación el año 627/626, lo que supone unos dieciocho años de actividad durante el reinado de Josías, que murió en el 609.

Cada vez más autores ponen en duda la validez de estas fechas añadidas por el redactor o los redactores. Pero la mayoría sigue manteniendo la opinión tradicional[2]. Y no falta quien, como Lohfink[3], piensa que la primera actuación profética de Jeremías es el discurso del templo, en el año 609, pero admite que antes de esa fecha desempeñó un papel público; a esa fase «preprofética» de su vida atribuye Lohfink el núcleo de los capítulos 30-31. La idea de que Jeremías actuó en tiempos de Josías me parece más adecuada, prescindiendo de que la vocación tuviese lugar el año 627. De acuerdo con esto, podemos dividir la vida del profeta en cuatro grandes períodos: los tres primeros coinciden con los reinados de Josías, Joaquín y Sedecías; el cuarto corresponde a los años posteriores a la caída de Jerusalén.

NOTAS

[1]. El término na`ar («muchacho») usado por Jeremías en 1,6 se presta a discusión. Lo demuestran las diversas opiniones sobre la edad del profeta en el momento de la vocación: 17/18 años (Hyatt); menos de 20 (Skinner, Leslie, Pfeiffer); poco más de 20 (Goettsberger); alrededor de 20 (Cheyne, Orelli); entre 20 y 25 (Penna, Mariani); alrededor de 25 (Cornill); entre 20 y 30 (Nötscher); entre 25 y 30 (Vittonatto).
[2]. T. W. Overholt, "Some Reflections on the Date of Jeremiah's Call": CBQ 33 (1971) 165-84; H. Cazelles, "La vie de Jérémie dans son contexte national et international": BETL 54 (1981) 21-39; J. Scharbert, "Jeremia und die Reform des Joschija": BETL 54 (1981) 40-57; S. Herrmann en su comentario en vías de publicación (BK XII), etc.
[3]. N. Lohfink, "Der junge Jeremia als Propagandist und Poet": BETL 54 (1981) 351-68.



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